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Con el corazón lleno de gozo los invitamos a asistir a la Asamblea Anual de La Iglesia Madre de este año, la cual tendrá lugar en Boston, el lunes 3 de junio.

Empecé a ver que Dios, el Principio divino, el Amor, era el poder detrás de esta actividad.

Cuando abres tu pensamiento por primera vez a esta Ciencia, puedes aplicar inmediatamente sus verdades espirituales con resultados prácticos.

A medida que crecía mi comprensión de la Ciencia Cristiana, me uní a esa Sociedad de la Ciencia Cristiana y nunca falté a un servicio. Las reuniones de testimonios de los miércoles eran mis favoritas.

Mi deseo por la verdad había abierto mi pensamiento a una comprensión más elevada, y esa comprensión —esa consciencia divina— me había hecho libre.

Cuando hablé con el conferenciante sobre mi inexperiencia, me sorprendió al describirla como mi mayor fortaleza.

La luz del amor pleno nos muestra que el mal no puede existir en presencia del Dios todopoderoso, que es el Amor mismo y llena todo el espacio.

Mi ser está en Dios y yo Lo reflejo. Dios es Espíritu y jamás puede estar roto. Oré con el hecho de que soy espiritual, por lo tanto, no estoy sujeta a sufrir heridas ni a las leyes de la materia.

También llegué a darme cuenta de que puesto que Dios no viene con cargas emocionales ni tiene malas cualidades, mi identidad como Su creación no es una mezcla de bien y de mal.

Ahora entiendo mucho mejor que la tristeza no es más poderosa que la alegría y que nada puede separarme, ni a mí ni a nadie, del amor de Dios.